Quiénes somos

Uno de los fenómenos sociales que han marcado la historia de Italia, en este caso más unida que nunca a la del mundo, ha sido la gran emigración. Entre 1861, año de la unidad nacional, y el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1915, se calcula que emigraron 9 millones de italianos, de los cuales aproximadamente 1,4 millones eran lombardos. En esta gran historia, de Italia y del mundo, el fenómeno migratorio que implicó a la comunidad Bene Lario reviste un interés excepcional, al menos por tres razones: el primer emigrante, Pietro Maldini, fue un pionero, porque partió bajo el Reino Lombardo-Véneto, en 1843, para no servir al ocupante austrohúngaro, contra el que se alzarían Milán y Como cuatro años más tarde; El propio Maldini, y después de él cerca de la mitad del país, eligió como lugar de desembarco, a diferencia de la mayoría de los italianos que recalaron en Argentina, Chile, donde hasta 1910, cuando se construyó el Ferrocarril Trasandino, se llegaba por una difícil ruta a pie y en carreta a través de los Andes; los emigrantes mantuvieron un vínculo poco común con su país de origen, como lo demuestran las diversas
artefactos construidos a lo largo de más de cien años en Bene Lario con su contribución, así como el hecho de que hasta 195 ciudadanos residentes en Chile están inscritos en el censo electoral, frente a 265 residentes en el pueblo. Teniendo en cuenta el gran interés por la emigración desde Bene Lario (y Grona: antaño parte del mismo municipio de Bene Grona) a Chile, que existe tanto en el país de origen (en 2004 se creó un "pequeño museo de la emigración" temporal) como en el país de destino (en Copiapò se rehabilitó en 2019 la casa Maldini Tornini, reconocida como museo de interés nacional por el gobierno chileno, y en Caldera funciona la casa Tornini, un museo de importancia regional), se propone el proyecto "De los Alpes a los Andes", con el objetivo de crear tanto un soporte multimedia (una página web, fácilmente convertible en app y una estación multimedia para ser consultada dentro de los museos existentes o futuros) como un espacio físico (un museo del emigrante), donde recoger historias y materiales valiosos, que corren el riesgo de perderse.